“De la práctica rutinaria a la práctica reflexiva”
Dentro de un salón de clases creo que siempre está la práctica reflexiva en especial la reflexión en la acción, la mayoría de las veces lo hacemos inconscientemente y de manera muy rudimentaria, al tomar decisiones tan simples diariamente podemos dar cuenta de cómo esas microdecisiones son importantes y es por ello que requieren la reflexión.
Durante el primer año de trabajo pude darme cuenta que los jóvenes de secundaria, tienen bien marcado el concepto de justica, aunque ellos no la cumplan. Por ejemplo, cuando se deja salir al baño a un alumno y luego otro pide permiso negándoselo se crea para ellos una injustica “cómo es que si dejó salir a Juanito y a mí no”. La experiencia (siempre y cuando la reflexionemos) va a ser nuestra principal fuente de investigación.
Lo ideal sería que como docentes estuviéramos al margen de investigaciones recientes, de utilizar métodos de investigación adecuados y conjuntamente con nuestra práctica reflexiva, hacer ciencia en nuestro trabajo. El salón es el laboratorio, y dentro del salón de clase hay elementos que pueden ayudar a la reflexión sobre la acción, uno de estos elementos es el cuaderno de los alumnos, las reflexiones son nuestras herramientas. El diario de campo es un instrumento que permite recuperar las experiencias para su posible análisis, es como las muestras de laboratorio, con ellas podemos comenzar la actividad científica.
Siempre que existan problemas (en el aula siempre vamos encontrar problemas) vamos a tratar de reflexionar sobre ellos, ¿Cómo solucionarlos? Pero cuando se alcanzan muchos años de experiencia, se tiene un gran repertorio de soluciones que bien podría activarse el piloto automático como dice Perrenoud y dejar la reflexión para los novatos. En la escuela secundaria que estudié los mismos profesores dieron clase a mis primos, a mis tíos, así que si preguntan a cualquiera de nosotros como daba clases la maestra Coco, explicaremos con detalle cada una de sus rutinas y todos responderemos lo mismo. El contar con un alto índice de posibles soluciones a los problemas debe emplearse para lograr una investigación más profunda, nada de automatizaciones, recetas u cosas parecidas.
Es cierto maestro Horacio, habemos tantas viejas maestras que continuamente repetimos lo smismos errores, pensado a veces que son experiencias exitosas y por eso se repiten, pero no crea maestro estar entre jóvenes como ustedes me ha inspirado un ánimo renovado de cambio y de mejora, espero logarlo y llevarlo a la práctica antes que sea demasiado tarde y llegue a rendirme. La justicia entre los alumnos, aún sean maternales, está implícita en ellos, quizá no la puedan poner en palabras pero sus actitudes nos lo indican, que bien que haya observado ese aspecto para considerarlo en las diversas oportunidades en las que se ven reflejadas.
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